He sido un monito de feria
recogiendo tus migajas,
migajas de pan,
que lanzabas al aire,
casi como por casualidad,
como quien tira confeti
y no mira el desastre
de las pequeñas virutas de papel Colorado
esparcido por el suelo.
Y yo,
monito de feria,
recogía las migajas,
tus migajas de pan
las custodiaba como un tesoro
e intentaba descifrar el entresijo que,
estaba segura,
traían.
Mensajes inconnexos,
voluntades aleatorias,
un me quiere-no me quiere
en una flor de Margarita
que se me ha marchitado
entre los dedos.
Ahora sé que me prestaste
la peor versión de tí mismo,
y aún así,
O tal vez por ello,
me enganché a ella.
Me vestí con ella.
Perfumé mi casa entera
con las notas dulces y amargas
de tu amor no correspondido.
La canción más triste de la historia
y la más escuchada.
El casi algo
es lo que más me deprime.
Un casi algo que siempre estuvo ahí
y no quise verlo.
El casi algo sin nombre.
El casi todo
y el casi nada
en una fina línia divisoria
disputándose el podio.
Y tu y yo animábamos equipos contrarios.
Selki